El principal funcionario de inteligencia de Australia está haciendo sonar la alarma sobre la creciente amenaza que representan los piratas informáticos chinos que atacan infraestructura crítica dentro del país. Mike Burgess, director general de la Organización Australiana de Inteligencia de Seguridad (ASIO), advirtió que al menos dos grupos de hackers respaldados por el gobierno de China están investigando activamente y en algunos casos infiltrándose en sectores cruciales como la energía, el suministro de agua y el transporte.

Burgess pronunció esta dura advertencia durante un discurso en Melbourne el miércoles, haciéndose eco de las preocupaciones previamente planteadas por Estados Unidos sobre posibles perturbaciones económicas y sociales derivadas de estos ciberataques en curso. Enfatizó que si bien el acceso por sí solo no equivale necesariamente a una catástrofe inmediata, no se puede subestimar la capacidad de estos piratas informáticos para provocar cortes generalizados o comprometer servicios esenciales una vez dentro de las redes.

“No creo que nosotros, y me refiero a todos nosotros, realmente apreciemos lo disruptivo y devastador que esto podría ser”, afirmó Burgess, subrayando la gravedad de la situación. Hizo hincapié en que “lo que suceda a continuación es una cuestión de intención, no de capacidad”.

Específicamente, Burgess identificó a un grupo conocido como Volt Typhoon que intentaba activamente violar redes de infraestructura crítica en Australia, reflejando los esfuerzos revelados por las autoridades estadounidenses a principios de este año. Estados Unidos ha documentado años de piratas informáticos chinos que incorporan malware dentro de estos mismos sistemas, capaz de desatar ciberataques debilitantes cuando se les ordena. Según Estados Unidos, el objetivo general del Volt Typhoon parece estar obstaculizando las capacidades de respuesta estadounidenses en caso de una invasión china de Taiwán.

Burgess también destacó otro grupo de piratería respaldado por China llamado Salt Typhoon. Este grupo es famoso por infiltrarse en empresas de telefonía e Internet, robar registros de llamadas y acceder a otros datos confidenciales. Salt Typhoon supuestamente se ha dirigido a más de 200 empresas de telecomunicaciones en todo el mundo, incluidos los principales proveedores estadounidenses como AT&T, Verizon y Lumen, junto con numerosas empresas de centros de datos y nube. El FBI emitió advertencias instando a los estadounidenses a utilizar aplicaciones de mensajería cifradas de extremo a extremo para salvaguardar sus comunicaciones de una posible interceptación por parte de este grupo. Esta amenaza se extiende más allá de las fronteras estadounidenses: Canadá confirmó a principios de este año que su infraestructura de telecomunicaciones también se vio comprometida como parte de ataques vinculados a China.

China niega sistemáticamente las acusaciones de participación en estas operaciones de piratería informática y mantiene una postura de no interferencia y condena del delito cibernético.

El mayor escrutinio sobre los piratas informáticos patrocinados por el Estado chino refleja una creciente preocupación mundial por el uso de herramientas digitales para espionaje y acciones potencialmente desestabilizadoras contra infraestructura crítica.