Los Emiratos Árabes Unidos son líderes mundiales en la adopción de IA y cuentan con la tasa de uso más alta del mundo entre su población en edad de trabajar. Sin embargo, a pesar de estar a la vanguardia de esta revolución tecnológica, un nuevo informe revela brechas preocupantes en la forma en que las organizaciones de los EAU gobiernan y comprenden sus sistemas de inteligencia artificial.

El Informe global de confesiones de IA de Dataiku encuestó a más de 800 altos ejecutivos de datos en ocho países, incluidos 100 encuestados de los Emiratos Árabes Unidos que trabajan en grandes corporaciones. Los hallazgos muestran un panorama de una implementación ambiciosa de la IA que choca con la falta de mecanismos de supervisión sólidos.

Si bien el 72 por ciento de los líderes de datos de los EAU expresan confianza en confiar a los agentes de IA la toma de decisiones autónomas en procesos comerciales críticos –incluso sin explicaciones claras para esas decisiones–, casi todos (94 por ciento) admiten que carecen de una visibilidad completa de cómo estos sistemas de IA llegan a sus conclusiones. Esta desconexión plantea serias preocupaciones sobre la gobernanza, y solo la mitad toma medidas como retrasar o bloquear las implementaciones de IA debido a preocupaciones de explicabilidad.

Además, sólo el 17 por ciento de los encuestados de los EAU siempre exigen sistemas de inteligencia artificial para explicar sus decisiones, un marcado contraste con el promedio mundial del 47 por ciento. Esta renuencia a priorizar la explicabilidad crea vulnerabilidades. Si bien dos tercios (62%) admiten una confianza limitada en que los sistemas de IA de su organización pasen las auditorías de decisiones básicas, pocos parecen abordar activamente esta brecha.

Las consecuencias de esta supervisión son potencialmente perjudiciales. Cuando la IA ofrece resultados exitosos, las organizaciones de los EAU tienen más probabilidades de darle crédito al equipo de IA y ciencia de datos (42 por ciento), superando el promedio global del 32 por ciento. Por el contrario, cuando las cosas van mal, el 33 por ciento señala con el dedo a los mismos equipos de inteligencia artificial y ciencia de datos, en comparación con un promedio global del 25 por ciento.

Curiosamente, si bien los líderes de datos de los EAU enfatizan la precisión de la IA por encima de todo, son cautelosos a la hora de confiarle decisiones de alto riesgo. Se niegan abrumadoramente a permitir que los agentes de AI participen en la contratación o el despido (55 por ciento) o se encarguen de asuntos legales y de cumplimiento (48 por ciento). Esto sugiere un enfoque pragmático en el que se reconozcan las fortalezas de la IA al tiempo que se reconocen sus limitaciones.

Sin embargo, el informe destaca una desconexión entre las aspiraciones de liderazgo y las expectativas realistas con respecto a la implementación de la IA. Casi seis de cada diez encuestados de los EAU creen que su alta dirección sobreestima la precisión del sistema de IA, y dos tercios sienten que el liderazgo subestima el tiempo y la complejidad necesarios para que la IA sea verdaderamente operativa. Esto sugiere una brecha en la comunicación y la comprensión sobre las capacidades de IA dentro de las organizaciones.

Un acto de equilibrio:

La posición de los EAU como pioneros de la IA es innegable, pero su rápida trayectoria de adopción requiere una cuidadosa calibración con prácticas de gobernanza responsable. El informe insta a adoptar un enfoque más equilibrado, que dé prioridad a la explicabilidad, aborde las preocupaciones sobre la rendición de cuentas y alinee la ambición tecnológica con resultados comerciales realistas.

De no hacerlo, se corre el riesgo de socavar la confianza pública en la IA, crear vulnerabilidades operativas y, en última instancia, obstaculizar los objetivos de IA a largo plazo de los EAU.