Un reclamo viral esta semana afirmaba que una canción country generada por IA, “Walk My Walk” del artista “Breaking Rust”, había encabezado las listas country de Billboard. Si bien técnicamente es cierto, el contexto es fundamental: la canción alcanzó el número 1 en la lista Billboard Country Digital Song Sales, una métrica que rastrea las compras de sencillos digitales. Este gráfico tiene un peso significativamente menor que medidas de popularidad más amplias, como las transmisiones de Spotify o la reproducción de radio.
El revuelo surgió de las redes sociales que compartieron el reclamo sin matices. En realidad, Morgan Wallen se mantiene en lo más alto de la lista principal de países de Billboard. Billboard no ha verificado de forma independiente la afirmación más allá de esta clasificación de nicho.
La canción en sí, aunque pasable, no tiene nada de especial. Con solo 38,944 visitas en YouTube al momento de escribir este artículo, carece de tracción convencional. La letra, que incluye clichés como “Tengo barro en mis jeans” y el nombre del artista, “Breaking Rust”, son intencionalmente genéricas, un subproducto del entrenamiento de la IA en tropos country existentes. El creador de la canción, que figura como Aubierre Rivaldo Taylor, permanece en el anonimato.
Este incidente destaca una tendencia clave: el contenido generado por IA es cada vez más capaz de alcanzar posiciones menores en las listas, a menudo impulsado por la amplificación de las redes sociales. Si bien no es indicativo de una popularidad generalizada, subraya la creciente presencia de la IA en la música.
El problema más importante no es el éxito de la canción, sino las implicaciones más amplias para los artistas. Muchos ven la música generada por IA como una infracción de derechos de autor, ya que los modelos son entrenados en trabajos existentes sin consentimiento.
En última instancia, que “Walk My Walk” encabece un gráfico menor es menos un cambio de paradigma y más un síntoma de un panorama cambiante donde la IA puede manipular métricas, incluso sin impacto cultural. El incidente sirve como recordatorio para evaluar críticamente las afirmaciones virales y comprender el contexto detrás de las posiciones en los gráficos.
El aumento del contenido generado por IA es inevitable y su presencia en la música no hará más que crecer. La pregunta no es si la IA dominará, sino cómo se adaptará la industria para proteger a los artistas y mantener la integridad creativa.
